Tal vez demasiado volcados al estilo de servicio más americanizado es que quizás no estemos tan al tanto de otras formas de dispensar cerveza.
República Checa es el país que más consume cerveza en el mundo, rondando los 140 litros por habitante al año. Y tiene ergo una tradición cervecera muy importante.
El rol del “tapster” (o bartender) es más que relevante, teniendo incluso que capacitarse por el lapso de una semana en la ciudad de Pilsen para obtener una certificación que acredite su expertisia. Incluso existe un dicho en Pisner Urquell que reza: “El maestro cervecero elabora la cerveza, pero el bartender la crea”.
La cerveza es servida con canillas de acción lateral, que difieren de las canillas que nosotros conocemos. Tienen una válvula de bola que permite regular el caudal de cerveza y el nivel de espuma deseado, además de un pico largo que se sumerge en el vaso y en cuyo interior se encuentra un dispersor que ayuda a la formación de espuma. Un bartender con entrenamiento puede servir hasta 3 vasos en tan solo 11 segundos.
En muchos casos también la cerveza es expendida directamente desde tanques horizontales que almacenan la misma, la cual llega a granel a través de camiones cisterna.
Algunos de las formas de servir cerveza:
- Hladinka: el servicio clásico, mitad espuma, mitad cerveza. La espesa espuma balancea el amargor del lúpulo con el dulzor de la malta mientras que ayuda a conservar el componente aromático.
- Šnyt: dos partes de cerveza, tres partes de espuma y una parte de espacio vacío. Usualmente servido al inicio del turno para chequear que ande todo ok. Una cerveza al paso, para tomar cuando se está apurado.
- Mlíko: una de las más inusuales. Es prácticamente todo espuma y se bebe rápidamente. De textura cremosa, suave y dulce, es como un postre en un vaso con el delicado aroma del lúpulo Saaz.
Na zdraví!
Nota por: Diego Van der Saar
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