África tiene una larga historia en lo que hace a elaboración de cerveza, mucho antes de la llegada de los europeos (principalmente británicos y holandeses) a partir de los siglos XV y XVI. Los antiguos egipcios y tribus de todo el continente elaboraban cerveza desde tiempos inmemoriales, y hoy día en ciertas regiones se sigue manteniendo la tradición.
Estas cervezas tribales son elaboradas típicamente por mujeres, cuyo método de producción se transmite verbalmente por generaciones. Son consumidas en mercados locales, casamientos, ceremonias y celebraciones varias, teniendo un importante rol en la sociedad. Es bebida principalmente por los más pobres de la sociedad, contribuyendo a la dieta de millones de africanos y resultando en un alimento muy rico en calorías y muy nutritivo.
Si bien la cerveza tradicional africana varía de acuerdo a la ubicación geográfica (podemos mencionar por ejemplo el Chibuku en Botswana, Dolo en Mali o Burukutu en Nigeria, entre otros), existen ciertos denominadores comunes que abarcan la materia prima y su forma de elaboración.
El ingrediente principal utilizado es el sorgo, debido a su tolerancia a las altas temperaturas y falta de agua. Dependiendo de la disponibilidad de otros cultivos pueden agregarse maíz, mijo o raíz de mandioca, y aromatizarse a veces con banana verde o hibiscus. Su elaboración se caracteriza por un malteado complejo, una fermentación alcohólica rápida y breve y la presencia de una fermentación láctica (producto de una fermentación espontánea).
Son cervezas turbias, espesas, grumosas, de baja graduación alcohólica y algo ácidas, a veces con algunas notas a corral, levadura y manzanas verdes. Se consumen en vasijas de barro mientras todavía están fermentando, teniendo una corta vida útil que no supera los 3-5 días (a mayor espuma en la vasija, más fresco se considera y mejor es su consumo).
Interesante para descubrir cervezas históricas no tan difundidas hoy día.
Por: Diego Van der Saar